El musical “Mameyes 3:30” rebasó las expectativas del público durante las primeras dos funciones en la Sala de Drama René Marqués del Centro de Bellas Artes de Santurce.
Más allá de ser una producción enmarcada en un hecho dramático que conmocionó a todo un País se transforma en una propuesta única y entretenida, a la vez que reflexiva.
La pieza que, definitivamente, deja una huella en la escena teatral local - se desarrolla en 1985, específicamente unas 48 horas antes del derrumbe provocado por las inclemencias del tiempo- tiene como protagonista a toda una comunidad ponceña, con las vivencias de su gente en busca de sus sueños, en medio de una realidad cotidiana de grandes desafíos.
El director artístico Alejandro Primero plasmó fielmente la esencia del texto del Padre Orlando Lugo Pérez, alcanzando gran calidad escénica y transmitiendo un mar de emociones, ya que lo mismo lleva a la audiencia de la risa hasta que la conmueve, al rememorar la época de los 80’s.
Los personajes de “Mameyes 3:30” cumplieron su cometido, y tuvieron el momento de destacarse cada uno en escena, sencillamente siendo reales, lo que provocó una conexión perfecta con los espectadores. El elenco lo integraron Nelson del Valle (“Joselito”), Joealis Filippetti (“Yayi Mateo”), Yezmín Luzzed (“Leticia”), Anna Malavé (“Magda”), Sebastián Vázquez (“Papote”), Liza Lugo (“Ángela, La Pava”), Aidita Encarnación (vecina pesimista), Natalí Droz (vecina romántica), Jorge Antares (“Uvita”), Yadilyz Barbosa (vecina religiosa), y los niños Zioel Rivera (Omar), Naihomy Rodríguez (Micaela) y Noah Seda (Matías); respaldados por un magnífico cuerpo de baile, con coreografías de Raúl de la Paz, y producción general de Isamel Hernández y Joel Rivera (de Grupo Meyta).
Los actores contaron, a través de sus voces, la historia de una comunidad humilde, como la de cualquier otro barrio en el mundo. Todos contribuyeron a retratar el propósito bien definido del autor Lugo Pérez, como también del compositor de los temas musicales y a su vez director, Alejandro Primero, evocando nostalgia, pero transmitiendo esperanza de que los errores del pasado nunca más vuelvan a repetirse. Como “coach” vocal estuvo Aidita Encarnación.
Con arreglos musicales del pianista Cuqui Rodríguez, las canciones de Primero - “Amanece”, “Aquí pasa de to’”, “Esto está del cará”, “Tal para cual”, “Oye tú”, “La danza de los paraguas”, “Madre mía”, “Celebremos” y “Nuestras voces”, en géneros tan variados como bolero, salsa con samba, rumba y rap- son cómplices del libreto.
La pieza, que incluye un componente espiritual, es parte de un esfuerzo que recurre al arte teatral como medio de transformación social. En este caso, abordando temas que van desde la pobreza, los derechos sociales, la prevención, la seguridad, la educación, la vivienda, los permisos de construcción y las situaciones ambientales. En ese reclamo social, tampoco olvidan las promesas incumplidas de políticos de turno…
El musical va más allá porque permite profundizar en las causas, así como traer a la mesa posibles soluciones y abrir así el espacio necesario para sembrar la reflexión crítica en la comunidad. El único objetivo de “Mameyes 3:30”, según evidenció la puesta en escena, es rendir tributo a esa comunidad de La Cantera, e invitar a la introspección a todo un país, siendo agente de cambio para que no se repita la historia.
“Mameyes 3:30” tiene todos los elementos para ser una producción teatral que debe formar parte de la selecta lista de nuestras obras costumbristas. Posee los elementos para unirse al currículo de las escuelas públicas y privadas del País, y seguir poco a poco el camino de grandes clásicos como “La Carreta”, “La Llamarada”, “La Charca” y “Tiempo Muerto”.
El montaje recibió elogios de ponceños en la sala -entre los que se encontraban sobrevivientes de este suceso, junto a sus familiares- que avalaron el mensaje y único fin de la producción.
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