3/MAR/2014 Por Primera Hora- Resaltando su humildad, cariño, su característica carcajada y su entrega amorosa a los más necesitados, cientos de personas llegaron hasta la Catedral de Ponce a rendirle tributo y darle el último adiós al Fray Francisco García Cervera, quien falleció sorpresivamente la pasada semana.
Desde temprano la Catedral comenzó a llenarse a capacidad, todos los asistentes querían estar cerca de aquel hombre a quien tanto admiran, a quien llamaron “el ángel de los pobres”.
La misa fue oficiada por el Cardenal Sean Patrick O'Malley, arzobispo de Boston en compañía del obispo de Ponce, Félix Lázaro y de varios sacerdotes de la Diócesis de Ponce.
“Francisco vivió intensamente y con su carácter firme siempre buscaba el lado positivo a todo”, dijo el Monseñor Willy Peña, compañero y amigo del sacerdote de la Orden de Hermanos Capuchinos.
Este mencionó que para Franchute, como le llamaba de cariño, siempre tuvo amor para todos por igual, en especial de los enfermos y desamparados.
Sobre uno de sus grandes legados, el Albergue La Providencia, este destacó que jamás debe cerrar porque por más de 25 años ha servido con amor a los pacientes de VIH, quienes no cuentan con el tratamiento y cuidados adecuados para su condición.
“El albergue no es de Francisco, es de Ponce y Puerto Rico”, comentó el sacerdote.
Por su parte, Gisselle Flores, sobrina del fraile capuchino, agradeció las muestras de cariño y respeto para su tío a quien describió como un hombre alegre y humilde.
“Era un hombre de pocas palabras, pero con un corazón de gran tamaño”, manifestó la sobrina.
Al mismo tiempo su sobrina Gisney Granda, recordó que a su tío le gustaba hacer bromas y lamentó mucho que la administración del Hospital Episcopal San Lucas no permitiera que la comitiva fúnebre le diera un recorrido frente a las instalaciones del albergue que tanto amó.
“Nunca olvidaré su contagiosa risa”, dijo Granda, quien viajó desde los Estados Unidos.
Ante la negativa de la institución hospitalaria el administrador del Albergue, Cirilo Toro, familiares y amigos de Fray Francisco lo llevaron e hicieron una parada en la avenida donde los pacientes se acercaron y se unieron en una oración por su eterno descanso.
“El nos abrió las puertas y siempre se preocupó por nuestro bienestar, lo extrañaremos”, expresó uno de los pacientes del albergue.
Este reiteró que su legado no debe morir, por lo que hizo un llamado a la ciudadanía a que continúe cooperando para que el Albergue La Providencia pueda brindar servicios a los pacientes por muchos años más, así como Fray Francisco siempre lo hizo.
Por otro lado, el administrador del albergue elogió la entrega incondicional de Fray Francisco y aseguró que dejó un vacío increíble.
“Seguiremos luchando por los pacientes de VIH, esto apenas comienza”, mencionó Toro.
Terminadas las exequias la comitiva partió hacia el cementerio Porta Coeli en Bayamón donde recibiría cristiana sepultura.
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