Y Moscú reabrirá justo a tiempo para las festividades. El último conjunto de restricciones para gimnasios y restaurantes se suspenderá este lunes, una semana antes de lo planeado originalmente por el alcalde y a tiempo para el gran desfile militar en la Plaza Roja. Las festividades hacen parte de la preparación de otro gran evento para Putin: una votación a nivel nacional sobre las enmiendas a la constitución del país, programada para el 1 de julio.
Se trata un regreso a la normalidad para los rusos, agotados por el encierro y la incertidumbre económica. Sin embargo, el coronavirus ha dejado una nube de incertidumbre sobre las festividades, que se pospusieron en medio de temores de pandemia.
Por tradición, los veteranos de la Segunda Guerra Mundial ocupan un lugar de observación junto a Putin mientras miles de soldados marchan a través de la Plaza Roja. Pero este año, esos veteranos están en cuarentena en un centro de salud fuera de Moscú. El alcalde de Moscú, Sergey Sobyanin, ha pedido a los residentes que vean el evento en televisión y ha señalado que la asistencia será limitada.
Y mientras Moscú sigue adelante con el desfile, otras ciudades han reducido su entusiasmo por la celebración en medio de los temores del coronavirus.
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